Museos Capitolinos

Los Museos Capitolinos constituyen el principal centro artístico de arte romano de la capital italiana. Están junto al Museo Nacional de Arte Romano y son uno de los imprescindibles a la hora de visitar Roma. Y es que los Museos Capitolinos son el museo público más antiguo del mundo, una muestra del respeto de la ciudad por el arte y su valor social.

Las colecciones se dividen en dos edificios, ambos en la Plaza del Campidoglio. Por un lado, el Palacio de los Conservadores y, por otro, el Palacio Nuevo. Los dos están conectados a través de Galería Lapidaria que transcurre bajo tierra.

Qué ver en el Museo Capitolino

Debes empezar por una de sus obras más controvertidas, la célebre Loba Capitolina, uno de los símbolos de la capital transalpina. Durante décadas se creyó que esta escultura, que representa la escena mítica de la loba amamantando a los hermanos Rómulo y Remo, pertenecía a la etapa etrusca, pero recientemente se comprobó que era de época medieval.

Este hecho creó una gran polémica en Roma. Y es que muchos museos viven del atractivo que genera en los visitantes sus obras más conocidas. Es como si se descubre que La Gioconda es una copia del XIX. No sería lo mismo…

Pero los Museos Capitolinos son mucho más que la medieval Loba Capitolina. La colección de retratos romanas es tal vez la mejor del mundo. Una magnífica ocasión para comprobar el nivel que alcanzó esta tipología escultórica en Roma, llegando a superar a su modelo griego. Los escultores romanos añadieron altas dosis de realismo a los retratados, rebasando el naturalismo idealizado de la escultura griega.

Pero quizás la obra más famosa de los Museos Capitolinos sea el Galo Moribundo, pieza que ha tenido una influencia considerable en la historia de la escultura. Lo mismo podemos decir de la estatua ecuestre de Marco Aurelio, modelo de decenas de piezas ecuestres posteriores.

Otra de las secciones más impactantes de los Museos Capitolinos es la dedicada a los restos de la estatua de Constantino procedente de la Basílica de Majencio del Foro Romano. El visitante queda asombrado ante el tamaño del pie, la mano o la cabeza de esta colosal obra.

La Pinacoteca Capitolina

Los Museos Capitolinos también cuentan con una excelente colección de obras pictóricas de artistas de la talla de Tintoretto, Rubens o Tiziano. Este último, por ejemplo, está representado por su famoso Bautismo de Cristo.

Se trata, por tanto, de una visita muy recomendable pero para la que deberemos ir con tiempo. Los Museos Capitolinos exigen calma en el visitante, debido a la amplitud de sus colecciones y estancias.