Villa Farnesina
Cerca ya del Trastevere, tenemos uno de los palacios más llamativos de Roma. Se trata de la Villa Farnesina, construida bajo el auspicio de Agostino Chigi, uno de los prohombres más importantes del Clasicismo romano. La familia Chigi también cuenta con una famosa capilla en Santa María del Popolo en la que intervino Rafael, al igual que lo hará en este Villa Farnesina.
Visitar Roma es una buena elección para los aficionados a la arquitectura civil. La capital transalpina cuenta con numerosos palacios construidos en diferentes etapas. Pero es, sin duda, en la época del Renacimiento en la que este tipo de edificios viven un momento de prosperidad.
Qué ver en la Villa Farnesina
Los frescos de Rafael
Los turistas acuden a la Villa Farnesina, principalmente, para deleitarse con los frescos realizados por Rafael y su taller en los primeros años del siglo XVI. Roma es el centro del mundo occidental a nivel religioso y artístico. Rafael, Miguel Ángel, Bramante y otros grandes artistas conviven en la Ciudad Eterna.
Miembros del alto clero o de la nobleza son los mecenas de estos artistas, solicitándoles numerosos proyectos. En la Villa Farnesina, Rafael ejecuta, con ayuda de algunos de sus discípulos, la Sala de Galatea. Se trata de una de las aportaciones más importantes del artista nacido en Urbino en 1483.
Rafael era de una generación posterior a Miguel Ángel, pero su precocidad en el dominio de la pintura le permitió codearse con los genios de su época, siendo bastante más joven que ellos. Esta Sala de Galatea es una magnífica ocasión de apreciar su arte. Recordemos que los Museos Vaticanos contienen también grandes obras del de Urbino, pero esta Sala de Galatea está menos atestada de turistas.
Peruzzi, el arquitecto
¿Qué ver en la Villa Farnesina, además de los frescos de Rafael? Este palacio debe su nombre a la familia Farnesio que lo adquirieron décadas más tarde. A principios del XVIII pasó a los Borbones, y durante buena parte del XIX en él residió uno de sus descendientes españoles, el marqués de Lema, que ordenó diversas restauraciones.
Algunas de ellas perjudicaron a la trama original diseñada por Baldassare Peruzzi, uno de los segundos espadas de la arquitectura clasicista romana. Peruzzi siguió los postulados armónicos provenientes de las teorías de Alberti. El resultado todavía puede disfrutarse en diversas partes del edificio.
Uno de los itinerarios recomendados puede ser el siguiente: visitar el Vaticano, más tarde pasando por la Plaza della Rovere, bajar hacia el sur por Lungontevere Gianacolense, bordeando el Tiber y llegar a la Villa Farnesina. Después pasear por el Gianicolo y cenar y tomar una copa en el Trastevere. Suena bien ¿no?
Visita guiada
Si quieres descubrir los frescos que cubren su interior de la mano de un guía profesional, te recomiendo reservar la visita guiada online aquí por unos 40€.
Horario,de lunes a sábado: de 9:00 a 14:00 horas.
Entrada sin guia, sin audioguía y con colas por 6€. Si tienes entre 14 y 18 y mayores de 65 años 5€. Entre 10 y 14 años: 3€.
Transporte hasta aquí
Autobús: líneas 23 y 280.
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