Basílica de San Pablo Extramuros

Interior de la Basílica

La Basílica de San Pablo Extramuros es una de las basílicas mayores de Roma junto a San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. Las basílicas mayores poseen un altar de uso exclusivo del Papa y son las únicas de este tipo, no solo en Roma, sino en todo el mundo.

Para el creyente, visitar Roma debe incluye acudir a estos cuatro templos. La dificultad que puede tener San Pablo Extramuros con respecto a los otros tres, es su ubicación bastante alejada del centro histórico. ¿Merece la pena? Si tenemos tiempo, sí. En caso contrario, yo me conformaría con visitar los otros tres templos.

El incendio de 1823

Y es que la monumental basílica de San Pablo Extramuros original fue destruida casi por completo en un incendio en el año 1823. Poco queda ya de la primera construcción consagrada por Silvestre I en los primeros años del siglo IV en el lugar en el que fue enterrado el santo y que fue remodelada a finales de ese mismo siglo.

San Pablo Extramuros es el mayor templo de Roma, solo superado por San Pedro del Vaticano. Esto se explica por la enorme devoción hacia el titular del templo. San Pablo, conocido como el Apóstol, ha sido una de los personajes más importantes de la historia en la difusión del Cristianismo, tal vez el más importante.

Aunque no formó parte de los 12 apóstoles originales, su labor como misionero y escritor fue la base de la expansión del mensaje cristiano en el Imperio Romano. Por ello, lo más interesante de la Basílica de San Pablo Extramuros es la visita de la tumba del Apóstol.

La tumba del santo

En 2002 unas excavaciones que tenían por objetivo dar con el sarcófago del santo, tuvieron finalmente éxito descubriendo una pieza enterrada bajo tierra. Las sucesivas reconstrucciones del templo habían ocultado la tumba. Podemos contemplarla en una abertura bajo el altar justo al lado del cristal que en el suelo nos permite ver los restos del ábside de la iglesia primitiva.

La Basílica de San Pablo Extramuros fue reconstruida durante el siglo XIX tratando de respetar la monumentalidad de su predecesora. Por ello, ha perdido buena parte de su interés artístico en comparación con otros templos de la capital italiana. No obstante, destaca el claustro del siglo XIII o la puerta bizantina que, originalmente daba acceso a la basílica.

¿Qué ver además de la basílica? Ya que nos hemos desplazado hasta aquí, no está de más visitar el museo y la pinacoteca. En esta última podemos disfrutar de los retratos de los Papas que se salvaron del incendio de 1823.